La jeringuilla (fragmento)Pedro Casals
La jeringuilla (fragmento)

"Laura Jover se montó en el pequeño roadster que había estacionado a la sombra de los plátanos de una de esas callecitas recoletas que dan a la Vía Augusta. Lo puso en marcha y corrió un auténtico rally por el trazado sinuoso que une, o separa, Sarria de Valldoreix.
Mientras ascendía con el coche descapotado por las pronunciadas rampas, echó la vista atrás un par de veces «por si me siguen», y no paró de mirar el espejo retrovisor hasta adentrarse por el camino del Mas d’Or.
Pasó con rostro rígido ante el recepcionista y, casi sin saludar, se metió en el vestuario para cambiar los lunares por un Lacoste.
Al regresar al espacio de anchos ventanales y envigado de madera que unía vestíbulo con bar, Laura vio a Tito Morón.
Era fácil distinguirlo. Vestía pantalón de color asalmonado y fosforescente y niqui crudo. Estaba tomándose un café, acodado sobre la barra, y andaba comentando con otro profesional: —Han puesto las banderas de mala idea. Los del campeonato se van a volver locos con las caídas.

[...]

Salinas no supo qué responder y anduvo cabizbajo hasta el vestíbulo del club.
En tiempos, aquel golf había estado en candelero. Aún le quedaba algo de ese calor que tienen las casas de madera, pero cien años son muchos años. La parte frontal acusaba el andar del tiempo y desde fuera parecía la antesala de unos barracones.
Sin embargo, los hoyos se mantenían bien y las calles eran un prado continuo.
El secretario, que estaba sentado a su mesa de trabajo en un despachito junto al zaguán, los acogió con sonrisa abierta. Suponía que iban a por green fees para jugar un partido, pero se puso en guardia en cuanto el abogado se presentó como tal. Le habló de la muerta y empezó a enseñarle las fotografías.
El cambio en el estado de ánimo del inglés hizo que Toni se dijera con preocupación: «En cuanto salgamos de aquí, ése va a llamar a la Policía. Y ya tienen la mosca en la oreja…».
El hombre, que era pulcro y entrecano, reconoció sólo a Eulalia. Primero en la foto y luego en el reportaje de la revista sobre el Trofeo Platerías Jover. Aunque Lic hizo varias preguntas, no logró sacar nada en limpio.
Toni no había visto todavía la página de papel cuché, y observó con inquietud la instantánea de la entrega del premio. "



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