El abismo de Maracot (fragmento)Arthur Conan Doyle
El abismo de Maracot (fragmento)

"En lo que se refiere a la profundidad, no considero necesario decirles que ha sido sobrepasada frecuentemente. Tenemos el abismo de Challenger de veintiséis mil pies cerca de las islas Marianas, el abismo Planet de treinta y dos mil pies cerca de las Filipinas, y muchos otros, pero es probable que el abismo de Maracot sea único por el declive de su pendiente, y también que sea notable por haber escapado a la observación de tantos exploradores hidrográficos que han cartografiado el Atlántico. Difícilmente puede ponerse en duda…
Se detuvo en medio de aquella frase y en su rostro quedó marcada una mirada de profundo interés y sorpresa. Bill Scanlan y yo, al mirar por encima de sus hombros, nos quedamos de piedra por lo que nuestros sobresaltados ojos acababan de descubrir.
Una criatura enorme subía por el túnel de luz que habíamos proyectado en el abismo. Muy abajo, donde la luz se detenía ante la oscuridad de la sima, podíamos ver confusamente las negras y vagas sacudidas y sobresaltos de algún cuerpo monstruoso en una lenta progresión ascendente. Propulsándose con sus aletas de un modo confuso, iba subiendo como si flotase hacia el borde del abismo. Cuando llegó más cerca, se dirigió derecho hacia el haz, y entonces pudimos ver más claramente su espantosa forma. Era una bestia desconocida para la ciencia, aunque con cierta analogía con algunas que nos son familiares. Demasiado larga para ser un cangrejo enorme y demasiado corta para ser una langosta gigante, sus formas correspondían más a las del cangrejo de agua dulce, con dos pinzas monstruosas a cada lado y un par de antenas de dieciséis pies, que se estremecían delante de sus apagados ojos, de un negro mate. El caparazón, de color amarillo claro, podría haber tenido diez pies de ancho, y su longitud total, descontando la de las antenas, no debía ser inferior a los treinta. "



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