Thomas Hardy Bajo la verde fronda (fragmento) "Ahora bien, Geoffrey no había quitado los ojos del plato en los cuatro o cinco minutos anteriores y, al moverlos, los llevó solo hacia la cuchara, que por lo llena que estaba y la distancia del trayecto necesitaba una estricta vigilancia en todo su recorrido. Con la misma intensidad con que el guarda había puesto la vista en la cuchara, Fancy la había puesto en su padre, sin premeditación aunque sin el más leve atisbo de secretismo, y ahí la dejó clavada. Y lo había hecho por lo siguiente: Dick estaba sentado a su derecha, y enfrente de su padre. Fancy había posado la mano levemente en el mantel apenas un segundo, y notó con alarma que Dick, después de soltar el tenedor y frotarse la frente, como si ese fuera el motivo, bajó la mano izquierda, cubrió con ella un tercio de la suya y no la retiró. La inocente Fancy, en lugar de sacar la mano de la trampa, miró a su padre, para evitar que este descubriera el peligroso juego de Dick. Dick terminó su bocado; Fancy terminó su miga de pan; y nada de esto se hizo sin dejar de mirar a los ojos de Geoffrey. Las manos se separaron entonces: la de Fancy se deslizó unos quince centímetros por el mantel; la de Dick poco más de tres. Geoffrey había levantado la vista. " El Poder de la Palabra epdlp.com