Rompiendo algo (fragmento)Belén Gopegui
Rompiendo algo (fragmento)

"La señora Morel, Gertrude, pertenece a un grupo social ligeramente superior al de su esposo. Su padre llegó a ser capataz del taller de un astillero. Ella estudió y fue ayudante de la maestra. Fue también novia del hijo de un comerciante acomodado, quien la abandona. Al año siguiente, Gertrude conoce a un minero apuesto, animado, agradable y abierto con todos, Walter Morel. Poco tiempo después se casan y, durante los seis primeros meses, son felices. Luego comienzan los problemas de Morel con la bebida y las estrecheces económicas, ambos unidos. En ese clima nacerán y crecerán sus hijos. Un padre que empezó a bajar a la mina a los diez años, presionado por el exceso de trabajo y la escasa paga, que con frecuencia gasta parte del sueldo en bebida y que, a veces, borracho, tiene peleas violentas con su madre, aunque sin llegar nunca a la crueldad deliberada ni dejar nunca de cumplir con el mínimo de sus obligaciones. Una madre que viene de otro lugar, que sueña con haber tenido otra vida y que carga a sus hijos con sus sueños.
Con el tiempo, a pesar de los pesares, los esfuerzos de Walter Morel y su mujer por salir adelante van dando frutos y el matrimonio consigue una cierta mejora social, suficiente como para permitir al hijo mayor salir de la aldea e irse a trabajar a Londres. Pero el ascenso, que parece fácil con los parámetros de la aldea, una vez en Londres se torna más difícil. El hijo mayor se empeña por amores y muere víctima de una neumonía, sumido en la pobreza. La segunda es una hija que llega a ser maestra; su condición femenina le impide entonces llegar a más. El cuarto y último de los hijos, Arthur, parece haber heredado el carácter franco y poco previsor del padre, no le gustan los estudios y se alista en el ejército. De esta manera sólo el tercer hijo, Paul Morel, especie de encarnación de Lawrence con algunas modificaciones, puede asumir el papel de depositario de los sueños maternos: «Era para el muchacho un sufrimiento agudo pensar que su madre jamás había tenido lo que esperaba de la vida; y su propia incapacidad para ofrecerle alguna compensación lo llenaba de un sentimiento de impotencia, al tiempo que le infundía una paciente obstinación. Tal era su ambición de niño».
El nudo de la novela parece aflorar en su tercera parte, cuando ya Paul Morel ha crecido y se ve dificultado para entablar una relación amorosa debido al peso que tiene su relación con la madre. Si en una novela de aprendizaje típica el héroe aprende a reconocer cómo su visión ideal del mundo choca con el funcionamiento real del lugar al que debe incorporarse, en este caso el espíritu de artista de Paul, junto con su deseo de ofrecer a su madre una compensación, choca contra las limitaciones del mundo real, donde el cumplimiento de un deseo suele llevar aparejado, sobre todo en determinados contextos sociales, la renuncia a otros. "



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