Uña y carne (fragmento)Sherwood Anderson
Uña y carne (fragmento)

"El forastero se calló como abrumado de triste­za, pero lo despertó un nuevo silbido de la loco­motora del tren de pasajeros. «No he perdido la fe. Lo digo muy alto. Pero he venido a parar a un lugar en el que nadie comprenderá mi fe», dijo con voz áspera. Dirigió una mirada intensa a la niña y empezó a hablar para ella, sin prestar aten­ción al padre. «Esa mujer vendrá -dijo, y su voz se hizo ahora aguda y ansiosa-. Pero cuando lle­gue ya habré partido yo. ¿Te das cuenta? Las horas de nuestra cita no coinciden. Sería cosa del destino que hubiera dado yo con ella precisa­mente en una tarde como ésta, estando yo des­trozado por el alcohol. y siendo ella tan sólo una niña.»
Las espaldas del forastero empezaron a tem­blar violentamente; intentó hacer un cigarrillo, pero se le cavó el papel de sus dedos temblequean­tes. Se puso furioso y gruñó: «Creen que no tiene mérito el ser mujer y hacerse amar, pero yo sé muy bien lo que eso significa -exclamó, y se volvió otra vez hacia la niña. Yo lo comprendo —dijo—. Tal vez soy yo el único hombre que lo comprende.»
Su mirada vagó otra vez por la oscuridad de la calle. «La conozco aún sin haberla visto nunca -continuó suavemente-. Conozco sus luchas y sus derrotas. Es precisamente por esas de­rrotas por lo que resulta para mí el único ser amado. Desde ahora las mujeres tendrán otro rasgo distintivo nacido de sus derrotas. He dis­currido un nombre para esa condición. La llamo Uña y Carne. Discurrí este nombre cuando yo era un soñador auténtico y antes que mi cuerpo se envileciese. Es la condición de ser fuerte para ser amada. Es algo que los hombres necesitarían en­contrar en las mujeres, pero que no lo encuen­tran.»
El forastero se puso en pie y permaneció frente a Tom Hard. Su cuerpo se balanceaba atrás y adelante y parecía que iba a caerse; pero lo que hizo fue arrodillarse sobre la acera y llevar las manos de la niñita a sus labios de borracho, be­sándolas con éxtasis. «Sé Uña y Carne —le dijo ansiosamente—. Atrévete a ser fuerte y valerosa. Ese es el camino. Arriésgalo todo. Ten valor su­ficiente para atreverte a que te amen. Sé algo más que un hombre o mujer. Sé Uña y Carne. "



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