La abuela Rodothea (fragmento)Panos Ioannides
La abuela Rodothea (fragmento)

"Mi abuela materna, o la pequeña y dulce Rhodou, Rodothea era el nombre oficial que vi escrito en cursiva ondulante en las páginas de sus libros, era una refugiada de Asia Menor. No sé de qué parte de Turquía había llegado a la isla, ni cuántos parientes y compatriotas habían llegado con ella. Siempre que yo, de pequeña, le preguntaba “¿dónde está tu casa paterna, abuela?” o “¿dónde están enterrados tu padre y tu madre?”, ella señalaba, con su dedo deformado por la artritis, hacia el norte, a las montañas Karamania que se perfilaban vagamente como reflejos en el mar de Kyrenia. Y nunca decía una palabra.
Ni siquiera sé cuándo, cómo ni quién concertó su matrimonio con mi abuelo Costas Minas, de Bellapais. Tampoco tuve oportunidad de preguntárselo al abuelo Costas, porque sólo iba a Chipre de vez en cuando, durante un mes o así, cuando estaba de permiso en su trabajo en África, donde trabajaba como capataz en la construcción del ferrocarril que uniría el Continente Negro desde el norte del Mediterráneo hasta el extremo sur. El abuelo Costas venía de visita una vez cada dos o tres años, según me habían contado sus dos hijos, mis tíos Christakis y George, cuando yo era adolescente y llevaba alguna cuenta. Venía de visita, dejaba embarazada a la abuela Rhodou y se iba de nuevo. Así trajeron al mundo cinco hijos: los dos tíos que acabo de mencionar y tres hijas. La primogénita fue mi madre Eleni y mis dos tías, Pantelitsa y Antigone. Según mis tíos, el abuelo enviaba regularmente dinero suficiente para que la familia pudiera vivir modestamente pero con dignidad, para la escolarización de los niños y, más tarde, para las dotes de sus hijas. "



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