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La vida comienza a las 6 p.m. (fragmento) "Los brindis son para las bodas, para los actos de grado, para la imposición de medallas -le atajó modesto Alfonso. Servio tenía el brazo en alto con la copa en la mano, sentado cerca a la mesita central donde Alfonso puso la botella-: No importa -dijo-, Alfonso Castilla da brillo a nuestra generación... ¡Bien dicho! -Bebieron-. Estaban puntillosos y observaban las reglas de la cortesía. Atentos encendieron mutuamente los cigarrillos con los encendedores. Era necesario entrar en calor. Recogieron una imperiosa necesidad de beber. Habían despertado al entusiasmo. ¿Para qué el tedio? Hablar y beber entre amigos. Pero Alfonso registró ya grabada la idea de la revista. En las paredes colgaban retratos y diplomas académicos. En un ángulo lucía una reproducción de La primavera y Juan clavaba la mirada en la figura femenina central. . . ¿Y de mujeres qué? ¿Cómo andamos de mujeres? -preguntó picaresco-. Yo no tengo por qué negar que soy un solterón. . . ¿Tu mujer? -preguntó Alfonso a Servio y como este quedó callado, agregó-: Yo por mi parte no soy como Juan, tengo novia oficial y anuo un tanto atrasado en casar -luego habló también de Inés, de Concha, de Fany-. Describió algunos de los adornos propios de las tres. Servio chocaba la punta de sus zapatos. Este Alfonsito tiene unos apuntes geniales -opinó Juan-. Fany era suave, complaciente, tenía un apartamento muy bien puesto para recibir a los amigos. P ero Alfonso no contó como hada dos noches, cuando por fin logró ser recibido por Fany, quedó dormido en el momento culminante. La culpa la tiene esto -pensó y apartó la copa que tenía en la mano-. Me pasan unas cosas, constante me falla algo a mí -y por la rabia del recuerdo comentó en voz alta-: Pablo estudió filosofía y letras porque en aquella facultad nunca cubrían los puestos disponibles. " epdlp.com |