Her Infinite Variety (fragmento)Khin Myo Chit
Her Infinite Variety (fragmento)

"-Ahora el ritual diario de escapar del calor-, murmuré para mí misma, mientras arrastraba mis pies hacia el estrado de bambú bajo el enorme árbol de tamarindo, a solo veinte metros de distancia. Llevando un rollo de estera bajo un brazo y libros en el otro, me moví letárgicamente: la renuencia de los malditos libros a quedarse en el hueco de mi brazo no mejoró mi humor. Por fin, la estera de hojas de palma fue desenrollada sobre el estrado de bambú. Un niño salió de la casa con una bandeja y susurré una oración por mi considerado anfitrión; nada como té verde caliente en un día tan abrasador como éste. Las bebidas heladas solo me hacían sentir peor. Vertí té en la taza de barro vidriado y lo bebí de un trago. Entonces me tumbé boca abajo y hojeé uno de los libros. Mi piel se enfrió mientras gotas de sudor bebían la suave brisa que soplaba desde el río. Apoyé la barbilla en el libro, del grosor adecuado para el propósito, nada que ver con las Obras completas de Shakespeare. Bajé los párpados sintiendo la caricia de la brisa contra mis mejillas. No supe cuánto tiempo estuve así. De repente, recobré la conciencia de golpe al son de címbalos de bronce y castañuelas: chwin-chwin-chuck-chwin-chwin-chuck, marcando el ritmo de unas voces ricas y suaves que cantaban lo que se llama Myainghta, una canción cantada por el bailarín en una danza a dúo. A través de los claros del bosque, donde caen las aguas cristalinas desde los riscos altos, donde cuelgan las flores como joyas en tonos mezclados, avanzábamos... "


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