Sequía, una novela andaluza (fragmento)José Muñoz San Román
Sequía, una novela andaluza (fragmento)

"Clavel sufrió una rápida transformación aquella tarde de invierno. Parecía que estaba picado del mal de rabia. De repente saltó del brocal del pozo y trepó por el tronco áspero del almendro que daba sombra al jardín. Como un rayo recorrió todo el caballete de una tapia medianera, y de allí saltó sobre los macizos de geranios y sobre las plantaciones de adormideras, tronchando los tallos.
Por la puerta del jardín, sin detenerse y cada vez más travieso, entró en casa arañando las eneas de las sillas, enredando las madejas de algodón y rompiendo los juguetes que eran adornos de las mesas... Y vuelta a salir al jardín y a destrozar, y a saltar, como picado del mal de rabia.
Pastorcita, hija única de doña Remedios, como heredera de una no muy elevada progenie ideal, era como una flor de otoño, que no es muy pródiga en colores ni en perfumes. Se asemejaba a su mamá y por añadidura era como aquel aguerrido contrabandista, que ya había dado con su cuerpo en tierra, pero que cuando la engendró metía miedo al mundo. No tenía nada de humilde ni de sabrosa aquella viejecita de diez y ocho años.
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