F. Anstey Viceversa: Una lección para los padres (fragmento) "Si no fuera porque era tan absolutamente esencial para el interés de esta historia, creo que casi preferiría correr un velo sobre los sufrimientos del Sr. Bultitude durante el resto de esa infeliz semana en Crichton House; pero solo sería una falsa delicadeza hacerlo. Las cosas fueron de mal en peor con él. El verdadero Dick, en sus peores momentos, jamás habría logrado hacerse tan antipático y sospechoso como lo era su sustituto para toda la escuela, tanto profesores como alumnos. En gran medida, también fue culpa suya; pues para un chico común, la vida allí no habría sido tan dura si no hubiera ofrecido atractivos excepcionales. Pero no quiso adaptarse a las circunstancias ni intentar, durante su estancia forzada, obtener la mayor instrucción y disfrute posible de su nueva vida. Quizás, en su posición, sería demasiado esperar algo así y, en cualquier caso, ni siquiera se le ocurrió intentarlo. En cambio, se consumía en la ira y la irritación interior por su dura suerte y su absoluta impotencia para romper el hechizo que lo ataba. A veces, de hecho, decidía no aguantar más y se lanzaba impulsivamente a contarle sus desgracias a alguien con poca autoridad; no al Doctor, pues hacía tiempo que había renunciado a ello con resignada desesperación. Pero tan seguro como siempre que se encontraba yendo al grano, las palabras se le atascaban en la garganta, y estaba más que agradecido de poder escapar, sin contar su historia, con cualquier pretexto frívolo que se le ocurriera." El Poder de la Palabra epdlp.com