La amante del viento (fragmento)Betti Alver
La amante del viento (fragmento)

"¿Qué tan grande es el mundo? ¿Cuántos caminos se pierden en la distancia, pero cuál de ellos te llevará a la felicidad? ¿Cómo es tu rostro cuando te acercas a mí? ¿Adónde debo dirigir mi mirada: al cielo o a la tierra, lejos o cerca? ¿Dónde te encontraré? ¿O ya estás en mí como un tesoro escondido, y solo faltan los requisitos para liberarte?... ¡Ah, me urge romper las cadenas! He permanecido tras las puertas durante mucho tiempo, y mi corazón late, como si fuera un candelabro, lleno de velas encendidas, y mi alma enardecida te anhela.
[...]
Me toma de la mano y baja la mirada inquisitivamente. Dios mío, qué viejo parece en este día azul y despejado... Qué poco se corresponde este hombre enfermizo y exhausto aquí en la esquina del vagón con la figura que se enseñoreaba de mis conversaciones día y noche.
[...]
Mañana tengo que conducir", dice, levantándose el cuello del abrigo. "Aquí el viento es una auténtica locura, no entiendo cómo...
¡Oh, no es nada! Deberías venir a Liivaneem, ¡allí hasta la más mínima brisa amenaza con arrancarte el pelo! No sé por qué a la gente no le gusta el viento. Yo, doctor... ¿sabes qué haría si el viento fuera una persona?
¿Lo traerías aquí para que pueda refrescarme de verdad?
No, ¿por qué? —Si el viento fuera una persona, lo besaría hasta matarlo."



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