Del país de la pena, de El reino donde la noche se abre "Quién soy?. .. "¿La luz que ilumina esta verja, esta tierra?" ¿Soy los árboles y las plantas? ¿Acaso el mar? Soy colinas, riberas, agua bañada de luz Soy un cuerpo cansado de tanta errancia un cuerpo y un alma cansados del miedo Soy el temor. Desde lo profundo y oscuro escucho y tiemblo Oigo lo profundo, lo oscuro, lo difícil las contradicciones, todos los polos opuestos las negruras, las blancuras, los intercambios como si lo blanco reuniera a lo negro como si lo negro reuniera a lo blanco. ¿Quién soy? Primero una pena, luego el soportar. Veo barcos, barcos múltiples que tocan mi orilla Veo una casa destrozada por el dolor, demasiado cercana. Los barcos relucen en la noche veo sus banderas ellos son el arribo, la llegada mas no la cura de la más antigua herida. Veo barcos enfermos, antiguos, dolientes y adentro muletas, invalidez, desazón. ¿Quién soy? El sol me quema, incendia mi piel, ilumina mis ojos Me vuelvo ardiente, soy ardiente respondo con amor a la canícula. Yo te he buscado para saber quién soy, y yo no sé quién soy La hojarasca me ha arrastrado Quizás para salvarme Mi cuerpo está cubierto por una alfombra vegetal la pelusa de las hojas me acaricia me he hundido en lo verde duermo, duermo, duermo para que todo pase, para que todo termine de pasar. Soy ahora el pájaro que enterré en el jardín duermo bajo la tierra para que todo pase quiero obviar el dolor y el horror. Olvido, olvido. . . Pienso, ya no es tiempo de la resaca cada ola me dicta una continuidad nos la dicta mi continuidad es una estación sutil, imperceptible a los apresurados. Tú llegaste del país de la pena. ¿Adónde, adónde? El mar se abre en mí, vasto para lavarme, regarme poco a poco voy hacia él con respeto. Y lejos veo los barcos barcos cargados de llanto, de indignación contenida barcos magdalenas. "¿Escribiste el poema, lo lograste hacer bien? Te pregunto." ¿Quién soy? Te fui a buscar Pero fue en Venecia donde te vi Allí estaban tus cosas manteles, bisutería, un granate, topacios Venecia: reposo para la melancolía. Padezco ¿Quién soy yo? Quiero ir a la playa, quiero ver el mar quiero ver la tierra estremecida por el amor del mar adoraré la belleza, los esplendores La ciudad me obliga a trabajar y yo mientras tanto suspiro suspiro. Después de tanto dolor creo que las cosas se acomodarán un remiendo por aquí, otro por allá estoy extenuada tres años y medio de edad son suficientes para entenderlo todo vida, muerte, abandonos, distancias. No soy hija de la guerra, suspiro... soy nieta Este pasado me lo voy a tomar lentamente, con demoras (mi marido es humorista y ríe, ríe de mí y tiene razón) También mi padre decía: "Hay que reírse" pero no pudo reír, de tanta pena. ¿Quién soy? Creo que soy una trinitaria encendida una trinitaria fucsia colgando sobre el muro. He colocado mi florecer sobre el muro para que sea más hermoso para que se suavice quizás quiero ocultar u olvidarme de esa piedra tan áspera. El muro. El muro de Berlín. No quiero el horror sino la tolerancia la casa, amigos, libros, el granate de amor, los hermanos. Quiero que en mí se resuelva el mar, la hojarasca. ¿Dónde estás? ¿Dime, quién soy yo? Los árboles están silentes, no hay grillos sólo lo metálico suena máquinas y dinero se dejan sentir oigo carros y al fondo una huelga ¡nada pasa aquí! pero las luces están encendidas y el corazón arde. Soy testigo de esto. Y de lo otro Soy testigo. No importa. Allí está la flor del apamate Tú dijiste que era la flor del apamate. He visto la flor del cerezo era bellísima. Doctor, era bellísima. Ah, tanto agobio, a veces carezco de fuerzas. Todo lo que tenemos que cuidar: nosotros, la tierra, el alma supongamos que la poesía también y los niños, el niño en nosotros la cocina, la lucidez en la cocina la lista es demasiado larga y es demasiado para nosotras ¿podrán los hombres ayudarnos? ¿oírnos? demasiado peso; sí, demasiado peso demasiado agobio. Venecia, Venezuela Suspiro, tiemblo, ardo Mi marido trabaja y es de noche. Las gatas chillan. Oigo el mar, la caracola me informa No todo es resolución, pero algo debe resolverse algo así como una paga ¿pero qué?, no sé... ¿Qué soy? Escucho algo en mí, una voz, quizás algo que quiere salir algo claro que ahora no entiendo, que rumorea. ¿Soy de la Edad Media? atrás están mis muertos atrás y cerca ellos, los dolientes los que no entendieron el absurdo su propio absurdo los que no pudieron verse aún ellos, los adolescentes los que padecían, adolecían. Una vez dije: El mar en mí no deja dormir Ahora lo sé, sé qué significa la vigilia estoy atenta llevo algas apegadas a mi cuerpo. ¿Quién soy? ¿Una ruta? ¿Un camino? ¿Una carretera entre ciudad y ciudad? ¿Seré un intermedio, un lapso? No la conciliación, no. Sino algo más Veamos, debo clarificarme, o quizás no. Veo una línea de palmas, una neblina Allí hay dos y tres un hombre, una mujer dos hombres lejos, niños Sé lo que ello significa arenisca, polvo visto entre la luz puntos que atajo Mi corazón arde, latido a latido no hay fragua estoy en calma. La casa está aquí, aquí los fuegos y las aguas aquí el lar Pero tú, tú sufriste tanto, para todo esto Ah... mi pasión. Ah... mis perdones Claridad, luz divina, ven a mí. El sol arde y quema, se consagra frente a mi otoño El sol me habla, contra el otoño, contra la ruina pero también soy el otoño. Ah fruta veloz pronta a la tristeza todo lo bello en ti, pelusa de durazno se regala para ser higo como si fuese un intercambio entre lo difícil y lo fresco. Mi ámbito, ¡cuánta claridad! Oh tierra, cuánto debo hacer para comprenderte cuán minuciosa debo ser. Ahora vivo en el detalle, en fragmentos, en trazos sobre la línea de un rostro. ¿Quién soy? No tengo cara, seguro, es seguro, no tengo cara mis ojos vuelan más allá mis pómulos son contundentes mi cabello revolotea o se hace dócil la luz lo abrillanta, lo achica fuegos en mí arden Y ahora quiero algo parecido a la paz algo así como lo regular tiemblo encendida de tanta pasión (Mi marido está durmiendo..., al fin; así no me oye mi marido sabe cuando pienso, cuando siento, la resonancia de mí le llega y es fuerte). Estoy en mi cuarto, en mi "cuarto propio" Allí está la ardilla alemana las muñecas: la inglesa, la merideña la venezolana, la italiana allí está el pájaro primitivo la talla allí la foto del balcón hacia ningún lugar Grecia, Alemania, Venezuela, Londres, Venecia, Egipto. Los cuidos. Es demasiado. Suficiente. Suficiente. Carezco de fuerzas He dejado el poema, la palabra He hablado demasiado. Ya casi no hay culpas sólo la sombra desfalleciente de lo que somos amparo queremos amparo los buques con sus luces las banderas los cañones, las balas, las invisibles balas ya no entran en mí oigo sólo la voz de los grillos la voz de la tierra la voz de la naturaleza queda, casi mugiente como una imploración ¿quién oye? ¿quién está allí? ¿quién habla? Toco a las puertas No es el de adentro quien pregunta Es el de afuera el demolido el cansado el exhausto Y mi voz se alarga, se extiende ¿Quién está allí? El rayo de luz se ha acortado debo dormir, es de noche los ángeles nos cubrirán como a una pareja de amor en cuido Mi alma sola late y veo los reflejos hay allí un cuaderno, hay allí un lápiz un molinillo de café y está la firma de Steinberg, a quien no conozo El grillo salta y salta -lleva la libertad en sí Acciono, acciono y no comprendo trato de comprender, lentamente mi niñez y mi vejez lo impiden tengo cuarenta años. Dios, ¿qué significo. .. ¿quién soy? Hay un alba, sí y una medianoche hay un cuerpo que ondula hay mujeres con un pañuelo amarrado a la cabeza y eso significa algo, un luto quizás pañuelos negros para sujetar la desesperación creo que todo tiene significado sé de todo lo que significa ¿Quién soy? ¿Tengo yo un significado? ¿Soy una palabra, un viento, una planta? Mi corazón arde. Lloro, ardo... Ahí voy, como a la sombra de destinos La pluma de mi pluma está ardiente revoloteando, siguiendo la brisa Mar, en ti confío para que des a los otros su límite como a la playa Estoy absorta ante ti, casi espantada todos mis riesgos se retraen Cuido. Cuido. Cuido. Habrá que ir con cuido. ¿Qué mas? Las estrellas están allí. Silentes. Y hay obra. Corazón. Si todo esto ha sido malo... ¿entonces? Entonces no habrá corrección. ¿Quién soy? ¿El milagro de un error? La ventana se abre La culpa se ventila El sol irradia En la costa yace un marinero la mujer llora desconsuelo, desconsuelo, desconsuelo No hay punto final para esta guerra esta guerra horrible esta destrucción mi alma ha sido partida en dos piedad por mis ángeles Santa Cruz He llorado. La tierra me sublima. Los vegetales La carne El hombre me sublima y estoy por él más allá de él entre cacharros y suspiros Por ello lavo la casa Y este grito solitario... ¿qué será? Suficiente. Es la luz de la Luna lo que hoy me ilumina. " epdlp.com |