Sombras suele vestir (fragmento)José Bianco
Sombras suele vestir (fragmento)

"Anoche volví a soñar con la misma atmósfera. Es gris, pero también a ratos blanquecina, muy traslúcida. Quedé en suspenso. Temía despertarme. Entonces, comprendiendo que Jacinta estaba ahí, le dije que me había engañado, que me utilizó para que yo internara a Raúl en el sanatorio, que nunca hubiera supuesto eso de ella. Le supliqué que nuevamente se dejara ver. Hablamos de cosas muy íntimas, de nosotros dos, de una mujer de quien Jacinta tenía celos. Yo temblaba de rabia. Pero Jacinta se burlaba en lugar de enojarse. Me decía, observando mi temblor: «Friolento como todos los hombres.» De pronto, comenzó a hacerme reproches. En una ocasión yo le atribuí sentimientos que ella reprueba. Afirmé haberla visto llorar. Eso la ha herido. «Nosotros no lloramos», me decía, aludiendo a ella y a Raúl. Le hice notar que las lágrimas no respondían a su verdadero estado de ánimo, que en realidad ella no sufría, que más tarde yo lo había explicado de una manera verosímil. Mis explicaciones, sobre todo, la pusieron fuera de sí. «Tú también has hecho trampa», me decía en alemán. - ¿Habla alemán? - Ni una palabra, pero en el sueño le oía pronunciar distintamente: «Auch du hast betrogen!» Entonces me encontré haciendo un solitario y sentí que alguien me aplastaba la mano contra la mesa en momentos en que yo iba a destapar indebidamente una carta. Me desperté. El señor Sweitzer lo alentó. Jacinta volvería al sanatorio a ver a su hermano. Era lo más lógico. No había que dejarse sugestionar por los sueños.
(...)
Vea usted, señor Sweitzer, yo no quisiera ofenderlo, pero la señora Jacinta no tiene ese olor tan desagradable de los blancos. El de ella es diferente. Un olor fresco, a helechos, a lugares sombreados, donde hay un poco de agua estancada, quizá, pero no del todo. Sí, eso es; en la bóveda, cuando vamos al cementerio de los Disidentes, hay el mismo olor. El olor del agua que empieza a espesarse en los floreros. "



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