Versos áureos, de La IlusiónJean Lahor
Versos áureos, de La Ilusión

"¿Vale la externa música del verso resonante
el silencio del alma que colma su deber,
acudiendo al ajeno, sencilla y vigilante,
y que al amar alcanza su premio y su placer?

En su decoro espléndido la forma es corruptora;
la embriaguez de belleza nos llega a hacer impuros:
para tu alma dorada busca otra inspiradora
que no sea la Venus de ojos dulces o duros.

Cumple con tu deber, deja la forma fatua;
la suprema belleza no es la del cuerpo inerte,
y dentro de ti mismo duerme la blanca estatua:
la obra de arte más alta es la virtud del fuerte.

Es el santo el más noble y más sublime artista
porque del fango saca el divino ser puro,
formando un ser de amor de una fiera egoísta,
como se esculpe un dios en un metal oscuro.

Y en el héroe humilde la lucha y sacrificio,
marchando hacia la muerte con blandura infinita,
de los augustos fines verás el ejercicio,
y dentro de tu alma su santo ejemplo imita.

A los que lloran, tristes, las penas que les hieren
llégate con amor, venlos a levantar:
luchando como luchan, muriendo como mueren,
¡te permiten vivir, te permiten soñar!

En esta extraña vida que es con ellos terrible
contempla cómo abren sus ojos agostados.
Sea tu religión la piedad indecible.
Aligera la carga de los desventurados.

De tu alma el mortal tedio su negra presa hacía
para así castigar tu incesante querer;
del gran renunciamiento de tu alma a la alegría
gusta el sabor austero y el sombrío placer.

Será labor primera ahogar tu hondo egoísmo:
imitarás al santo e imitarás al fuerte;
para vivir sin límites muere antes en ti mismo:
que para crecer tienes que atravesar la muerte.

Tendrás del héroe cierto el reposar profundo,
y libre de pasiones bajas, en este trance,
tu corazón unido al corazón del mundo
habitará un lugar que la muerte no alcance.

Cuando al alma de todos tu alma esté reunida
tanto que en su dolor sientas tu hondo dolor,
entonces vivirás tu eterna y santa vida:
al mezclarlo al de todos se aumentará tu amor.

Será entonces sublime, lleno del alto sino
de esta hora en que tu ser por siempre va a juntar
su destino liviano al humano destino
y, gota a gota, vuelve hacia el profundo mar. "



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