Soneto "El día que en tu faz la gloria entera del grande sacrificio fulguraba y una luz de los cielos hechicera en tus ojos estática brillaba. A tu oído la queja lastimera de tu doliente Juventud sonaba y sobre tu cortada cabellera la despreciada Libertad lloraba. El placer lisonjero te ofrecía sus deleites funestos y a la entrada con mano audaz tu veste removía; ¡mas tú las puertas, invencible y fuerte, cerraste de tu mística morada y le diste las llaves a la Muerte!. " epdlp.com |