Los dientes del dragón (fragmento) "Sobre todo evitaba la mancebía, donde, al parecer, los alguaciles buscaban a un enano que había inhabilitado por cinco semanas, eso dijo el médico que cosió los desgarros a las tres mejores coimas del cuñado del jefe de policía, un rufían tracio a cuyo cuidado estaban la famosa cortesana Expira Frígida (antes Expira Candente), y sus amigas la Holgada y la Berrienda. -Con esos datos que me das y sin tenerlo fichado, difícil veo que le podamos echar el guante -decía el comisario- porque en esta época del año, con las ferias de san Teotecopopos, Constantinopla está llena de enanos forasteros. -¿Qué más señas particulares queréis que el miembro viril que tiene este delincuente? -protestaba el tracio-. Es de tales dimensiones que sobre esa picha perchaban los siete halcones del emir Halufo. -¿Percharon los siete? -se admiraba el jefe de la policía. -¡No, hombre, no percharon, es una comparación! -se sulfuraba el tracio-. ¿Cómo van a perchar en una picha sensible los siete halcones, con esos garrones afilados que gastan?. " epdlp.com |