El universo de los aztecas (fragmento)Jacques Soustelle
El universo de los aztecas (fragmento)

"El Sol, la Luna y el planeta Venus son los tres astros que más han llamado la atención de los antiguos mexicanos y provocado el más abundante florecimiento de creencias y mitos. Las fases de la Luna, su desaparición y su reaparición han llamado notablemente la atención de los pueblos de México. Véase en este fenómeno el prototipo de todo lo que muere y renace periódicamente: la vegetación que se adormece y cobra una vida nueva según las estaciones; el hombre ebrio que duerme pesadamente y se despierta después de haberlo olvidado todo, la sangre menstrual de las mujeres.
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La Luna representa el lado femenino de la naturaleza, la fecundidad, la vegetación y también la embriaguez. Cuando se producía un eclipse, pensábase que la luna moría; si una mujer encinta salía de su casa durante un eclipse lunar, debía llevar en la cintura una hoja de obsidiana, sin la cual su hijo nacería con labio leporino, pues su rostro se parecería al del conejo lunar. Todavía hoy en el campo, los indígenas dicen que “la Luna ha muerto” cuando se produce un eclipse, y las mujeres encinta sólo salen de su casa llevando un cuchillo o unas tijeras a la cintura.
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Aunque la Luna pasara por un dios sacrificado, no cabe duda de que se la representa a menudo como una diosa en oposición al Sol, astro masculino. Según una tradición antigua, en Teotihuacan se sacrificaban hombres al Sol y mujeres a la Luna. Hay toda una serie de diosas que presiden la Tierra y la vegetación; por ello están estrechamente ligadas a la luna y todas llevan un atributo lunar: el yacametztli, “luna de nariz”, ornamento en forma de media luna suspendido del tabique nasal encima de la boca. "



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