Aspiración al llantoAndrés Henestrosa
Aspiración al llanto

"Y ¿por qué no he de decirlo
si es verdad
que hay días en que tengo
muchas ganas de llorar?
Nadie me ha ofendido,
nada está fuera de su lugar:
el día se levanta claro y azul,
la noche coge amorosamente la luz,
pero, ¿por qué es que tengo a veces
tantas ganas de llorar?
Un llanto que así me llega de tan lejos,
que ignoro la fuente de donde mana,
que se me figura el todas las penas del mundo,
¿Por qué he de avergonzarme de verterlo
ante los hombres?
Pues ¿quiénes han de llorar sino los hombres,
sino aquel que por serlo comprende el tamaño de una pena.
o el tamaño de una dicha,
las solas dos cosas que nos hacen llorar?
Pero no solo, amiga,
¿no te dije alguna vez que las lágrimas caen de rodillas
si las produce la desdicha, pero de pie
si la alegría?
¿Por qué esa hoja que lo mismo que una lágrima
se desprende del árbol
y suavemente se posa sobre la tierra,
me enternece ciertos días?
¿Por qué esa nube que boga por el cielo
como un velamen de plata,
lleva en el vientre lágrimas,
que buscan mis ojos para disolverse?
¿Por qué esa brisa inocente
tiene a veces fuerza de huracán?
Ya sé, amiga, que no son solo mis penas,
ni solas mis dichas,
sino las del mundo y las del hombre
las que así, a veces, sin quererlo,
me hacen llorar. "



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