Tratado del socorro de los pobres (fragmento)Juan Luis Vives
Tratado del socorro de los pobres (fragmento)

"Dios, sumo creador de todas las cosas, al crear y formar al hombre utilizó una maravillosa indulgencia, de forma que no hubiese nada o más excelente o más grande bajo el cielo, habiéndole puesto a su servicio mientras viviese aquí el mundo sublunar; hecho con un cuerpo sano y fuerte, con alimentos muy saludables que se encontraban por doquier, con un entendimiento agudísimo y un espíritu muy recto, e inclinado a la vida en común de forma que, puesto que era creado para la restauración del gran desastre ocurrido en el cielo, empezase ya en este cuerpo mortal a pensar en la comunidad con Dios, pero él, instigado por la soberbia, buscando cosas que sobrepasaban su condición, y no contento con su muy elevada humanidad, pretendió la divinidad impulsado por las promesas de aquel que precisamente de forma parecida había perdido sus bienes: Seréis como dioses, conocedores del bien y del mal. Es propio de una soberbia acabada pretender la cumbre de la divinidad, por encima de la cual no hay nada, y tan lejos estuvo de conseguir lo que había deseado que incluso perdió mucho de lo que había recibido; sobre eso está escrito en los cánticos del rey David: El hombre, cuando estaba en el honor, no comprendió: fue comparado con jumentos sin inteligencia y se hizo semejante a ellos, esto es, se apartó tanto de la semejanza de Dios que se deslizó a la semejanza de los animales y, mientras intenta ser más que un ángel, fue menos que un hombre, como aquellos que, al subir sin tener en cuenta los peldaños, avanzan bastante irreflexivamente y caen a lo más bajo en lugar de subir a lo más alto, que es lo que anhelan. "


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