La muerte de la luciérnagaMateja Matevski
La muerte de la luciérnaga

"Por doquier hemos buscado la luz a través de la noche
la hemos buscado ciegamente al azar y palpando
bajo cada hoja, bajo la flor, bajo la aguda roca
la hemos buscado incansablemente y con lúcidos pasos
en todo el mundo en nosotros en los más oscuros lugares
en la desierta ranciedad del horrible insomnio
La hemos buscado en la estalactita en los apagados sonidos de las montañas
en el pájaro adormecido en la rama del olvido
en el perfume del viento en el hálito del foso
La hemos buscado en el sueño en los pífanos y en las hermosas cantilenas
que adornan el monte de rocío
No le conocíamos el rostro, presentíamos su voz
en la lejana savia de la raíz en la leche de la hierba
bajo la pesada carga del rebaño de piedras
que pace el silencio por las praderas del siglo


Llegaba lentamente en pequeñas cascadas
como un puñado de agua en el rostro adormecido
Llegaba lentamente en luminosas síncopas
de las que caíamos susurrantes en la pesadilla de la oscuridad
Llegaba de todos lados en todos los colores
llegaba con todos los sonidos del mar despierto
como garganta de mujer, voz de pájaro, clamor de viento
de todos los nombres conocidos y desconocidos del mundo
que recrea la clara
inconstante espuma de las palabras
Llegaba como murmullo de lluvia como risa de niño
como canción de verano
de todas partes de todas las cumbres de todas las oscuridades
llegaba de todas las estrellas de todos los surcos de todos los confines
del ojo rociado, de la frente frondosa, de la sombra diluida
aclamando su nombre a través del fuerte cuerno del tiempo
Y mientras divagábamos extasiados en la noche que se despedazaba
sobre el gran tema de la hermosa luz
no sentimos cómo se apagaba en las palmas abiertas de la aurora
la primera luciérnaga pequeña en el umbral del gran sol. "



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