La luz de la noche (fragmento)Pietro Citati
La luz de la noche (fragmento)

"Ningún libro me gustaría tanto recomendar a los lectores de cualquier país como el Chuang Tzu, la obra maestra de la literatura taoísta. Un libro único y maravilloso; libro para leer y releer, hojear y volver a hojear; libro para tener junto a la cama o en la mesa de trabajo durante meses enteros; nos bastará una imagen para inventar mundos, una sentencia o un cuentecillo para reflexionar durante años, una página para cambiar completamente nuestra vida, un capítulo para transmigrar al lugar ingrávido del Tao. Muchas veces no entendemos. El razonamiento es demasiado arduo, la analogía demasiado lejana; nos pasamos un día entero con una frase; el editor entiende aún menos que nosotros; hasta que, de repente, se hace un rayo de luz y, a través de mil velos, mil agujeros, llegamos dichosos al fondo del texto, donde se oye todavía el suave aliento del Tao.
No creo que haya ningún libro que recoja y unifique mejor que éste las cualidades opuestas. Está detenido, concentrado, inmóvil, dedicado todo él a la revelación y adoración del Uno inefable. Y, mientras nos metemos entre sus páginas, cambia como la nube, como la lluvia, como el arco iris, enamorado de la ductilidad, de la multiplicidad, de las contradicciones. Sólo leyéndolo llegamos a entender que las dos miradas que ponemos en la realidad puedan fundirse en una sola. Vemos al Uno en lo mudable, a lo mudable en el Uno. Conocemos la realidad de la Tierra; una realidad coloreada de reyes, sabios, bandidos, campesinos, idiotas, animales, montañas, ríos y árboles, que un pincel sutilísimo traslada a las hojas de papel. En cuanto aparece esta realidad, alguien hace aparecer detrás de ella la misteriosa presencia del Vacío, que les quita el peso a las cosas y las traspasa de aire, como esponjas empapadas de una sustancia ultraterrestre. "



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