Poema del no "Me decías que no. Por tu mirada pasaban barcos lentamente. Había gaviotas en tus ojos, en tus blandos, oscuros ojos grandes, donde iba cayendo la amargura como un anochecer de altas sirenas en los puertos del Sur. Me decías que no serenamente. Era un no original, que ya existía antes que tú, que hablaba por sí mismo mientras que tú, impotente, absorta, fijos en mí tus ojos, lo sentías vivo, palpabas su raíz por tus adentros. Era un no adivinado, mudo, pesadamente silencioso. Tu duro cuerpo tibio me decía que no, sin causas, iba replegándose, como si volviese a la infancia. Tú no eras. Me decías que no, y en tu mirada cabalgaba un dolor que yo diría maternal. Un dolor implorando comprensión. Un no de contenida pesadumbre, pero total, abierto, levemente asomado a las playas del llanto. Me decías que no lejana, sola, terriblemente sola, maniatada, sin un porqué donde apoyarte, pero era no, era no, sin gritos, no... Los puertos, las sirenas, los barcos en la noche, todo iba perdiéndose, alejándose. Yo, delante de ti, triste, abatido. " epdlp.com |