La doctrina social de la iglesia (fragmento)Jean Kanapa
La doctrina social de la iglesia (fragmento)

"En cuanto a la concepción del mundo, su idealismo religioso raya en el fanatismo: para ellos, Descartes es un pensador peligroso. En cuanto a los problemas sociales, son reaccionarios en el sentido profundo del término: revisten el presente con sus nostalgias anacrónicas. Para proveerse de una doctrina social, en la religión hallan todo lo necesario en materia de principios justificadores—desde el derecho divino de los bienes hasta el derecho natural de los poseedores, Santo Tomás ofrece con qué alegar la virtuosa deducción— y en el pasado todo lo necesario en materia de instituciones añoradas. Aquellas estructuras que durante tanto tiempo inmovilizaran a la sociedad medieval ¿por qué no habrán de servir hoy para detener el curso de las cosas, para consolidar las relaciones de clases y suprimir ese juego que la incesante rebelión de la clase obrera introduce en las relaciones sociales? Es así como surge la idea madre que estos “social católicos” proponen muy pronto como panacea: el retorno al corporativismo. En Alemania, el Barón Emmanuel von Ketteler (1811-1877) es quien lanza esta idea; en Austria, von Vogelsang (1818-1890) y Liechtenstein; en Suiza, el Obispo Mermillod y la “Unión Católica Internacional de Friburgo”, cenáculo constituido en 1884 y cuyos principales representantes pertenecen en su mayoría a la aristocracia; en Bélgica, el clérigo Pottier y Monseñor Victor Joseph Doutreloux; en Italia, Giuseppe Toniolo (1845-1918), directamente vinculado a la Santa Sede; en Francia, después de la guerra de 1870, Albert de Mun, La Tour du Pin, La Cour Grand-maison, León Harmel, etc. Hecho significativo: las tesis corporativistas son presentadas a la opinión pública en el curso de debates suscitados por la ley sobre los sindicatos y precisamente con el propósito de burlar el desarrollo de los sindicatos obreros. Así, un año antes del reconocimiento legal de los sindicatos, Albert de Mun explica ante la Cámara de Diputados: “Lo que sobre todo hay en los sindicatos actuales es un pensamiento de lucha, un medio de resistencia contra el capital [...] Los sindicatos darán a los obreros un arma para hacer aumentar los salarios o disminuir las horas de trabajo [...] Lo que falta a los sindicatos tal como nosotros los concebimos, sindicatos de patronos o sindicatos de obreros, pero aislados, separados los unos de los otros, es precisamente lo que constituye la gran exigencia, la gran necesidad social de nuestro tiempo y lo que había en el fondo de las viejas instituciones corporativas: el acercamiento de las personas, la conciliación de los intereses, el apaciguamiento que sólo se puede conseguir en la reconstitución de la familia profesional". Incluso los términos empleados revelan la inspiración retrógrada de semejante proyecto; a las claras, según el sentir de A. de Mun y de los corporativistas, se trata de un retorno al pasado. "


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