La imaginación simbólica (fragmento)Gilbert Durand
La imaginación simbólica (fragmento)

"El tan famoso freudismo en el arte de inventar en cada hombre un animal terrible, según signos completamente comunes..."Alain, Eléments de philosophie. Es indispensable que resumamos de manera muy genérica lo que constituye la armazón de la doctrina freudiana para hacer comprender mejor cuál es la concepción reductiva del método psicoanalítico.
El primer principio de Freud es que existe una causalidad específicamente psíquica; en otras palabras, que los incidentes psíquicos, incluso fisiológicos, no tienen forzosamente origen orgánico. De esto se desprende sobre todo que en el universo psíquico reina un determinismo tan estricto como en el universo material.
El segundo principio de Freud, que surge del ejercicio de ese esfuerzo terapéutico por exhumar las causas psíquicas cuyos efectos significativos son las neurosis, es que existe un inconsciente psíquico receptáculo de toda la biografía del individuo, depósito de las causas psíquicas "olvidadas". El tercer principio es que existe una causa del desvanecimiento, del olvido mismo. Es la censura, vale decir, una oposición, una prohibición social, parental la mayoría de las veces, que es la verdadera causa originaria del efecto neurótico. La censura rechaza al inconsciente lo que prohíbe. El cuarto principio, o causa general de la vida psíquica, es esa invencible pulsión que la censura restringe sin vencerla nunca: la tendencia sexual o libido. Ahora bien; esta tendencia sexual no se adquiere en la pubertad, sino que preexiste durante la infancia, pero en estadios presexuales, en que la sexualidad carece de instrumento, aunque no de objeto. La libido siempre busca satisfacer su necesidad irreprimible, se presenta como excitación erógena, y la meta a la que tiende es siempre suprimir la excitación. Ahora bien; las censuras vienen a desbaratar esta satisfacción sin hacer mella por esto en el dinamismo de la libido; de aquí surge un quinto principio, decisivo para nuestros propósitos.
La pulsión rechazada al inconsciente por una prohibición más o menos brutal y por acontecimientos más o menos traumatizantes, se satisfará por caminos desviados. Es entonces cuando la satisfacción directa de la pulsión se aliena, transformándose en "imágenes", que conservan la marca de los estadios de la evolución libidinosa infantil. "



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