Tres mujeres (fragmento)Robert Musil
Tres mujeres (fragmento)

"En estos sueños Tonka era siempre grande como el amor y ya no la pequeña y débil dependienta que era en realidad, pero, por otra parte, cada vez tenía otro aspecto distinto. A veces era su propia hermana menor que no había existido nunca y muchas veces no era más que el crujido de sayas, el sonido y tono de otra voz, el movimiento más extraño y sorprendente, toda la tentación delirante de las aventuras desconocidas que, de un modo que sólo existe en los sueños, provenían del conocimiento íntimo de su nombre y que ofrecían un fácil contento de posesión ya en el momento en que aún eran la mera ansia de lo que quedaba por lograr. Con estas dobles imágenes surgían en él un afecto, al parecer sin vínculos y todavía insubstancial y una ternura sobrenatural, pero no se podía decir si en estas visiones querían separarse de Tonka o bien unirse a ella. Cuando meditaba sobre esto, adivinaba que esa misteriosa capacidad de transferencia e independencia del amor tenían que mostrarse también cuando estaba despierto. La persona amada no es el origen de los sentimientos aparentemente provocados por ella, sino que éstos se colocan tras ella como una luz; pero mientras en los sueños existe aún una sutil hendidura por la que el amor se destaca de la amada, esta hendidura desaparece cuando estamos despiertos, como si sólo fuéramos las víctimas de un juego con dobles y se nos obligara a tener por maravillosa a una persona que no lo es en absoluto. No puedo decidirme a colocar la luz detrás de Tonka. "


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