La confesión de Lucio (fragmento)Mário de Sá Carneiro
La confesión de Lucio (fragmento)

"Y comenzó danzando... La envolvía una túnica blanca, listada de amarillo. Cabellos sueltos, locamente. Joyas fantásticas en las manos; y los pies descalzos, constelados…
¡Ay!, cómo expresar sus pasos silenciosos, húmedos, fríos de cristal; o el tremor de su carne ondeando; el alcohol de sus labios que, en un refinamiento, ella dorara – toda la harmonía desvanecida de sus gestos; todo el horizonte difuso que en sus giros suscitaba, nevadamente… Entretanto, al fondo, en un altar misterioso, el fuego se encendía…
Lentamente la túnica se le va resbalando, hasta que, en un éxtasis sofocante, zozobra a sus pies…
¡Ah!, en ese momento, frente a la maravilla que nos brindó, nadie pudo contener un grito de asombro… Quimérico y desnudo, su cuerpo estilizado se erguía litúrgico entre mil cintilaciones irreales.
Como los labios, las puntas de los senos y el sexo estaban dorados – de un oro pálido, enfermizo. Y toda ella serpenteaba en misticismo escarlata queriéndose entregar al fuego… Más el fuego la repelía… Entonces, en una última perversidad, de nuevo tomó los velos y se cubrió, dejando apenas desnudo el sexo áureo – terrible flor de carne estremecida de agonías magenta…
Vencedora, todo fue luz sobre ella...Y, otra vez desvestida – ardiente y feroz, saltaba ahora por entre las llamas, rasgándolas: enmarañando, poseyendo todo el fuego borracho que la ceñía.
Mas, finalmente, saciada tras extrañas epilepsias, en un salto prodigioso, como un meteoro –rojo meteoro- ella vino a caer en el lago que mil lámparas ocultas teñían de azul ceniza.
Entonces fue la apoteosis: Toda el agua azul, al recibirla, se volvió roja de brasas, ondulante, ardiente por su carne que el fuego penetrara… En un ansia de extinguirse, poseída, la fiera desnuda se sumergió… Mas, cuanto más se abismaba, más era luz a su alrededor…
…Hasta que, por fin, misteriosamente, el fuego se apagó en oro, y, muerto, su cuerpo flotó, heráldico, sobre las aguas doradas, tranquilas, muertas también. "



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