Un lugar en la cumbre (fragmento)John Braine
Un lugar en la cumbre (fragmento)

"Más tarde aprendería entre otras cosas a no comprar nunca gabardinas baratas, a quitarle las abolladuras al sombrero antes de guardarlo y a no combinar la ropa con demasiada exactitud en tono y color. Pero tenía un aspecto razonablemente bueno aquella mañana de hace diez años; todavía no había empezado a adquirir la gordura de la mediana edad y —suene o no sentimental— experimentaba una mezcla de entusiasmo y ausencia de desengaños que compensaban con creces la gabardina, el sombrero y el conjunto con apariencia de uniforme. La otra tarde me encontré con una foto mía hecha poco después de que viniera a vivir a Warley. Tenía el pelo aplastado dentro de un gorro, el cuello de la camisa no se ajustaba y el nudo de la corbata, sujeto por un espantoso alfiler con forma de daga, era demasiado pequeño. Poco importa, ya que mi cara mostraba una expresión no exactamente inocente, sino nueva. Es decir, sin estrenar por el sexo, por el dinero, por hacer amistades e influir en las personas, casi intacta de las inmundicias por las que uno está forzado a pasar para conseguir lo que quiere. Esta fue la cara que vio la señora Thompson. Había conseguido el alojamiento a través de un anuncio en el Warley Courier, así que no la había visto en mi vida. Sin embargo, incluso si no hubiera llevado aquel abrigo granate y la copia de Queen bajo el brazo por los que me dijo que la reconocería, yo habría sabido inmediatamente quién era. "


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