Dios a las diez en punto (fragmento)Ali Al Jallawi
Dios a las diez en punto (fragmento)

"Quizás eran las tres o las cuatro, o una hora intermedia. ¿Para qué tratar de fijar una hora exacta? Maldito sea el día que me obligue a definir mis movimientos, mis sueños, mis horas de comer... El tiempo era… Creo que es mejor así, ¿no? Salté de la cama, restregándome los ojos, con el estruendo de violentos golpes en la puerta de mi casa. Miré hacia el patio desde la ventana de mi habitación. Mi padre, evidentemente desconcertado, estaba abriendo la puerta. Un grupo de hombres, vestidos con uniforme verde, irrumpió, bajo las órdenes de otros que llevaban un vestido tradicional, con sus rostros cubiertos por blancos ghutras. Yo pensé que Dios había enviado unos lacayos del infierno. No tuve tiempo apenas para pensar antes de que abordaran mi habitación. Sin pronunciar siquiera una palabra, comenzaron a rebuscar todo. Sí, todo. Yo sé dónde yacen vuestras mentes.
Lo siguiente que recuerdo es estar en una habitación fría con dos escritorios.
Sentado en uno de ellos, un policía originario de Baluchistán, cuya pronunciación le delataba. Eran las diez y yo no estaba seguro de lo que estaba pasando. Mi sangre había fluido hacia mis pies y mi conciencia se había ausentado por enfermedad, al igual que lo haría para escamotear el trabajo, por miedo al recorte de los salarios. "



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