Miss Zilphia Gant (fragmento)William Faulkner
Miss Zilphia Gant (fragmento)

"Solía haber entre uno y diez carros delante de la cabaña y en un cerco de listones rajados las mulas pateaban el suelo y rumiaban, casi siempre con partes de los arneses aún puestas: por todo el lugar soplaba un aire huidizo y siniestro de decrepitud. Allí Gant se encontraba con otras caravanas similares a la suya, o a veces con otras mucho más dudosas, de tipos rudos, sin afeitar y vestidos con monos. Allí todos comían comida ordinaria, bebían el virulento y pálido whisky de maíz y dormían sobre el suelo de tablas, delante del fuego con su ropa mugrienta y las botas puestas. El lugar era atendido por una mujer más bien joven de ojos fríos e inusualmente malhablada. En la parte trasera había un hombre ya mayor; tenía los ojos maliciosos y rojizos de un cerdo, la barba y el pelo espesos que ocultaban el rostro débil, pero al que conferían una suerte de ferocidad. Normalmente se lo veía embotado por la bebida, en un estado de embrutecimiento apático, aunque de vez en cuando se le escuchaba discutir a gritos con la mujer en la parte trasera de la cabaña o detrás de una puerta; la voz de la mujer era fría y llana; la voz del hombre oscilaba entre los atronadores graves y el chillido atiplado y belicoso de un niño. "


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