Bajo el sol de Satanás (fragmento)Georges Bernanos
Bajo el sol de Satanás (fragmento)

"Estamos en esa hora de la vida (suena para todos) en la que la verdad se impone por sí sola con irresistible evidencia, en la que cada uno de nosotros no tiene más que extender los brazos para subir de un tirón a la superficie de las tinieblas y alcanzar el sol de Dios. Entonces la prudencia humana no es más que trampas y locuras. ¡La Santidad! (...) Al pronunciar esa palabra ante usted, para usted solo, ¡cuánto daño sé que le estoy haciendo! Usted no ignora lo que es: una vocación, una llamada. Allá donde Dios le espera, tendrá usted que subir, subir o perderse... La misma cosa ignorada seguía faltándole, le faltaba a su vida. ¿Pero qué? ¿Pero cuál? En vano se enjugaba las mejillas desgarradas con sus uñas, los labios mordidos; en vano miraba a través de los cristales la luz del amanecer; en vano repetía con su triste voz sin timbre: “Se acabó..., se acabó!...” La verdad aparecía ante sus ojos; la evidencia le oprimía el corazón; hasta la locura le negaba su asilo tenebroso. ¡No! No estaba loca, no lo estaría nunca. Le faltaba algo, que había tenido en sus manos –¿Pero dónde? ¿Pero cuando? ¿De qué manera? Y ahora no cabía duda de que desde hacía unos instantes había estado representándose la comedia de la demencia para enmascarar, para olvidar –al precio que fuera– su mal real, incurable, desconocido. "


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