Elisa vida mía (fragmento)Carlos Saura
Elisa vida mía (fragmento)

"Cervantes Saavedra soñó que era un caballero medieval bastante peculiar, y de ese sueño surgió Don Quijote… Bueno, es un ejemplo. Todos escribimos recreando un mundo que apenas conocemos, a veces sólo lo vislumbramos en sueños o despiertos. Pero, claro, no es lo mismo tener la mente alcohólica de Allan Poe, que la mente sistemática y sensible de Thomas Mann, pongo por ejemplo, por mucho que él hable de sus debilidades y de sus achaques. Sólo con una voluntad de hierro es posible escribir las seiscientas páginas de algunas de sus novelas. Y luego está la verborrea: uno se pone a escribir y no puede parar, es la enfermedad más grave del escritor, un impulso irresistible y creativo te impide detenerte en el camino para reflexionar, y sigues y sigues amontonando palabras y frases, poniendo acentos, puntos y comas, buscando la expresión más justa o la palabreja que hay que mirar en el diccionario para comprender su último significado. Muchas veces el problema no es otro que saber detener a tiempo la diarrea, y dentro del caos que llevamos en la cabeza, poner un poco de orden, un mínimo de rigor y decir: ¡Alto, hasta aquí hemos llegado, párate, que ya es suficiente! —Mi padre se rió estrepitosamente—. Perdona, hija, me río porque estoy viendo las caras de mis compañeros de la universidad si les suelto un rollo semejante. Me tienes que disculpar, pero tantas horas en soledad hacen que de vez en cuando, si la compañía es de tu agrado, salten los plomos de las neuronas.
A Elisa le había gustado la perorata de su padre, y deseaba que continuara con sus reflexiones. Le incitó a ello:
—Hay escritores que necesitan muchas páginas para poder expresarse, y otros, en cambio, se concentran y son capaces de darlo todo en un relato corto. Pienso en Kafka y en Thomas Mann, al que tú has nombrado. Él ha escrito algunos relatos breves formidables, como Muerte en Venecia.
—Tienes razón. Muerte en Venecia es un hermoso relato, un relato musical, como declaraba el propio Mann… La película de Visconti, con estar bien, no tiene ni la hondura ni el dramatismo de la novelita, ¿y sabes por qué?, porque está sobreactuada, es sensibilidad más sensibilidad igual a demasiado. "



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