Fez (fragmento)Luis Cardoza y Aragón
Fez (fragmento)

"Fez: allí fue el milagro. Como en las lecturas que no me cansan nunca de ese libro único "Las mil y una noches". Fez fue, para mí, revivir esa poesía incomparable. Los primeros momentos estuve perplejo como si hubiese caído del cielo. Momentos después me despedazaba, me abría como una granada. Los relojes marcaban una hora en un día de hace mil años. Y hasta los anacronismos violentos fueron motivos de encanto.
Cielo altísimo y azul como el de América. Diluvio de sol sobre la ciudad completamente blanca. Las primeras horas se vuelve fatigante el perfume de la ciudad santa. Todas las colinas pobladas de olivos, eucaliptos, y los jardines de mimosas y acacias, y los huertos de frutos y palmeras, abaten su perfume sobre la ciudad que al sol de las doce brilla como un espejo. Y un perfume denso de especias, de resinas raras, de caoba, de cedro. Hay millares de pebeteros ardiendo. Chrevrillon nos dice que él se levanta de su cama a cerrar las ventanas de su cuarto para no fatigarse con tanto perfume.
Jamás había tenido la suerte de gozar un desenraizamiento de manera tan profunda. Me sentía arrancado a toda mi vida, irreal, tan fuerte es el cambio que se tiene. Toda la voluptuosidad triste del oriente me besa el cuerpo. Las altas murallas dentadas de Fez muerden el cielo con indiferencia. Las torres cuadradas de las mezquitas emergen de todos lados, con sus globos de oro y sus nidos de cigonas. "



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