La simiente enterrada: un viaje a China (fragmento)Antonio Colinas
La simiente enterrada: un viaje a China (fragmento)

"No sé si la brisa había regresado para acompañar a la melodía del músico ciego o si ésta preludió la llegada de la brisa. Lo cierto es que una se ha fundido con la otra transmitiéndome un dichoso, increíble mensaje de lágrimas. Creía que era mi respiración la que unificaba el mundo, pero no; esos sonidos, esa respiración del más allá -¿de quién?- eran en realidad los que armonizaban el mundo, y al armonizarlo lo unificaban.
Queremos volver a la realidad, pero es la melodía la que neutraliza las acometidas de la realidad y nos devuelve al pozo de dulzura de sus notas. Ahora la música no la ponen ni la inaudible respiración, ni la brisa o silbido que llega desde el fondo de la noche y del tiempo. Vuelvo a la conciencia. La música del mundo es ahora la de las dos cuerdas del èr hú. Ella es la que respira y escucha la luz por mí y en mí. ¿O son mis lágrimas?
Si alguna vez me olvido de esa llama, si alguna vez me olvido del sonido de esa brisa, si alguna vez me olvido de la sonrisa interior, volveré a escuchar la melodía La luna en la fuente. Gracias a las dos cuerdas del èr hú me sumergiré de nuevo en el vacío lleno, en la nada-plena que, luego, resuena con la orquesta.
Diálogo de lo Uno y de la Dualidad con el Todo de la orquesta. A través de esa música regresaré otra vez a la belleza de las dos cuerdas que dialogan y, al dialogar, unifican al mundo y al ser que yo soy. Con ello, habré rescatado del olvido el origen y el sentido de mi viaje: la conciencia de vivir y de ser en armonía. "



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