La liga de los cabezas rojas (fragmento)Arthur Conan Doyle
La liga de los cabezas rojas (fragmento)

"Me acompañó hasta la puerta y volví a casa tan contento con mi buena suerte que no sabía qué hacer ni qué decir.
Al cabo de algunas horas, mi ánimo decayó. Confieso que el extraño destino despertó mis sospechas de si aquello sería alguna trampa para alejarme de mi casa o para perjudicar a alguien.
Parecía increíble que existiera semejante testamento y que pagaran tan bien por algo tan sencillo como copiar la Enciclopedia Británica. Vincent Spaulding hizo lo que pudo para darme aliento, pero al acostarme estaba resuelto a no concurrir a mi nuevo empleo.
Sin embargo, cuando me desperté, a la mañana siguiente, resolví comprar un frasco de tinta, plumas y papel, y hacer mi entrada en Pope´s-Court.
Con satisfacción comprobé que no había nada anormal. La mesa estaba lista, el señor Ross estaba esperándome; me entregó el primer tomo de la Enciclopedia. "



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