Encuentro con el General Rosas (fragmento) "El General Rosas insinuó que deseaba verme, cosa que más adelante hizo que me sintiera sumamente complacido. Tiene una extraordinaria personalidad y goza de una influencia notable en el país. Parece probable que la ejercerá en pro de la prosperidad y el adelanto de su patria. Se dice que posee setenta y cuatro leguas cuadradas de tierra y alrededor de trescientas mil cabezas de ganado. Sus estancias son administradas admirablemente y producen una cantidad mucho mayor de trigo que las de otros hacendados. Rosas se hizo famoso, en primer lugar, por las reglamentaciones que dictó para sus propias estancias, y por haber impuesto una gran disciplina sobre varios centenares de hombres, con el objeto de rechazar eficazmente los ataques de los indios. Se cuentan muchas historias relativas a la rigidez con que ponía en práctica sus disposiciones. Entre otras cosas, éstas prohibían absolutamente a todo el mundo, so pena de ser puesto en el cepo, llevar cuchillo los domingos. Como era ese día cuando más se jugaba y se bebía, se suscitaban infinidad de riñas, y por el hecho de que generalmente se peleaba a cuchillo, los resultados eran con frecuencia fatales. Un domingo llegó el Gobernador, con gran pompa, a visitar la estancia, y el General Rosas, apurado por verle, salió a recibirle con el cuchillo en la cintura, como era su costumbre. El mayordomo le tocó el brazo, recordándole las reglamentaciones, a lo que Rosas, volviéndose al Gobernador, le manifestó que mucho lamentaba tener que abandonar su compañía, pero debía ser puesto en el cepo y hasta que no le soltaran, no tenía autoridad alguna, aun hallándose en su propia casa. " epdlp.com |