El tribunal popular de liberación (fragmento)Henri Amouroux
El tribunal popular de liberación (fragmento)

"Cuando en todo el territorio francés disminuyó la presencia del ejército alemán, sobrevino el horror.
El horror en Saint Genis Laval, donde ciento veinte hombres y mujeres, atados de dos en dos, fueron fusilados y arrojados al fuego; el horror en Bron, cerca del aeropuerto, donde setenta y dos judíos contratados para llenar los agujeros de las bombas aliadas, fueron arrojados al cráter una vez realizado el trabajo; el horror en los pozos minas de abandonados cuya apertura fue bloqueada, dejando atrás cuerpos agonizantes o sin vida. El horror, en suma, propiciado por las ejecuciones sumariales unas horas antes de la salida definitiva de los ocupantes.
Aldeas quemadas, habitantes masacrados. Rouffignac, Maille, Oradour. Rara vez los culpables rinden cuentas por sus abominables crímenes.
Los colaboracionistas, que fueron precedidos o seguidos por los alemanes en su retirada. Aquéllos que no se sienten especialmente amenazados. Françoise Armagnac se había unido a la milicia de Chabanais el 13 de marzo de 1943. Tras asistir a dos reuniones, renunció el 8 de agosto de 1943. ¿Cómo iba a imaginar que sería asesinado el 4 de julio de 1944 por los hombres de Pressac en el día de su matrimonio y a la salida de la misa? ¿Cómo podía haber supuesto que la "justicia popular" sería la misma que condenaría a muerte y fusilaría al día siguiente a su novia, cuyo vestido blanco le serviría como sudario? Es cierto que su madre vivía en una casa grande conocida en el país como el castillo. En época revolucionaria los castillos siempre resultaban onerosos. Así fue en 1792 y también en 1944.
Los milicianos que comparezcan ante los tribunales vivían en todos estos departamentos rurales de la antigua zona franca, en calidad de vecinos, hombres y mujeres que conocemos y con los que habremos de saldar cuentas. A menudo eran trabajadores, agricultores. Personas a las que estábamos acostumbrados a ver y que un par de horas más tarde disparaban son, por supuesto, culpables de delación, en un tiempo en que tal acusación podría conducir a Auschwitz o Dachau. Hay hombres que, con los alemanes, participaron en la búsqueda de guerrilleros y recibieron citaciones en el Diario Oficial por los asesinatos de compatriotas franceses.
Pero los culpables no deberían ser castigados simplemente con cinco años de prisión. Merecían la muerte. "



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