La maravillosa vida breve de Óscar Wao (fragmento)Junot Díaz
La maravillosa vida breve de Óscar Wao (fragmento)

"Y así fue y fue así. El fin de nuestro gran experimento. En realidad él trató de disculparse un par de veces, en el estilo típico de Óscar, pero no correspondí. Antes había sido abierto con él, pero ahora no le daba entrada. Se acabaron las invitaciones a comer y a darnos un trago. Actuábamos como compañeros de cuarto enojados. Éramos corteses y formales y, mientras antes hablábamos de lo que escribíamos o de cualquier otra vaina, ahora no tenía nada que decirle. Regresé a mi propia vida, a ser el sucio de siempre. Tuve una explosión loca de energía pro-toto. Supongo que era puro rencor de mi parte. Él volvió a comerse ocho pedazos de pizza de una sentada y a lanzarse sobre las muchachas estilo kamikaze.
Mis panas, por supuesto, se llevaron lo que pasaba, que yo ya no estaba protegiendo al gordo, y se le tiraron encima.
Me gustaría pensar que no le fue tan mal. Los muchachos no le entraron a galletazos ni na por el estilo. No le robaron na. Pero la verdad es que, de cualquier modo que se mire, fueron bien despiadados. Oye, ¿alguna vez en la vida has probado chocha?, le preguntaba Melvin, y Óscar sacudía la cabeza y le contestaba con decencia, sin importar cuántas veces Mel repitiera la pregunta. Debe de ser lo único que no has comido, ¿no? Harold comentaba, Tú no eres na dominicano, pero Óscar insistía con tristeza, Soy dominicano, dominicano soy. No importaba lo que dijera. ¿Quién coñazo les pregunto, había visto un domo como él? Para Halloween, cometió el error de vestirse de Doctor Who y, de contra, estaba de lo más orgulloso de su disfraz. Cuando lo vi en Easton Street, con otros dos payasos de la sección de escritores, no podía creer cuánto se parecía a Oscar Wilde, el homo gordo, y se lo dije. Te ves igualito a él, lo que fue una desgracia para Óscar, porque entonces Melvin preguntó: ¿Óscar Wao? ¿Quién es Óscar Wao? Y ahí mismo fue: todos comenzamos a llamarlo así: Hey, Wao, ¿qué tú haces? Wao, ¿vas a quitar los pies de mi silla?
¿Y el colmo de la tragedia? Después de un par de semanas, el tipo comenzó a contestar.
Al muy tonto nunca le molestó que lo jodiéramos de ese modo. Se quedaba sentado allí, como si na, con una sonrisa de confusión en la cara. Como para hacer a cualquier bróder sentirse mal. Un par de veces, después que los otros se fueron, le dije, Sabes que estábamos bromeando nama, ¿eh, Wao? Lo sé, contestó, cansado. Tó tá, dije, golpeándole con fuerza el hombro. Tá tó.
Los días que su hermana llamaba y yo contestaba al teléfono, trataba de mostrarme jovial, pero ella no se lo tragaba. ¿Está mi hermano?, era todo lo que decía. Fría como Saturno. "



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