Sheffield Ghazal 5: Pasando por el cementerioGalway Kinnell
Sheffield Ghazal 5: Pasando por el cementerio

"El deseo y el acto fueron una combinación conocida como pecado.
El ruido de una uña sobre una pizarra espanta a nuestro huesos.
La escalera que lleva a la sala del dentista olía al fuego que hay
adentro de nuestros dientes.
Al pasar por el cementerio, me pregunté si los huesos de los
muertos se vuelven quebradizos y se desmigajan, o si
perduran.
Un perro roería su propio esqueleto hasta no dejar nada, si fuera
posible.
Los miércoles de ceniza un grupo de niños venían a la escuela con
sus frentes manchadas, en penitencia de antemano, con lo que
quedaba de ellos.
Los viejos sermones sobre los males de la carne a menudo
causaban que partes de la piel perdieran sensibilidad, y
algunas veces hasta las hacían caerse.
Si presionamos nuestros huesos frontales contra un madroño, el
frío subterráneo pasa a nosotros, haciéndonos temblar por
dentro.
Un arrepentimiento en el lecho de muerte que buscaba arrancar
una brillante y terrible amenaza puede desentrañar toda una
vida y las vidas de aquellos que quedan atrás.
Los peces son la tierra santa del mar.
En ellos el espíritu es carne, la carne espíritu, la mente
simplemente un lugar más denso en la carne.
La mente humana puede ser el lugar más brillante de la tierra.
Al morir, el cuerpo se convierte en una sustancia ajena; una
persona que te amó puede lavar y vestir a este que por tanto
tiempo creíste que eras vos, Galway, unos pocos acogen la
memoria en él, pero algún otro lugar lo conocerá y le dará la
bienvenida. "



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