El cementerio de barcos (fragmento)Paolo Bacigalupi
El cementerio de barcos (fragmento)

"Knot lo miró de reojo, y después al capitán. Una hoja salió de su funda y, de un tajo feroz, el cabo de monofilamento se partió en dos. El cable restalló al elevarse y perderse de vista, retorciéndose como una serpiente. Las tinieblas que anidaban en el vientre de los nubarrones engulleron el parapente.
Fascinado, Nailer se preguntó si el barco habría perdido una ventaja que podrían echar de menos más tarde. Knot le dedicó una sonrisita lacónica.
—Ya no se puede hacer nada, muchacho. —Y corrió a reunirse con el resto de sus compañeros, enfrascados en la difícil tarea de recoger las velas principales en medio de la tormenta.
Nailer miraba asombrado a la tripulación, que se dejaba la piel por hacer su trabajo. La lluvia los azotaba. El mar se elevaba e intentaba enterrarlos bajo enormes oleadas de agua, pero los hombres del Dauntless se limitaban a apretar los dientes e imponer su voluntad a la nave. Y ésta respondía. Surcaba el mar embravecido, hundiéndose en olas abismales y remontando a continuación sus paredes antes de acometer el siguiente barranco de agua. A su alrededor, las olas se erguían monstruosas y amenazadoras. Aferrado a la barandilla, sujeto por los cabos de salvamento, Nailer se mantenía alejado de la febril actividad mientras los tripulantes del Dauntless se esforzaban por hacer avanzar el barco.
La noche se cernió sobre ellos y los envolvió en un manto negro veteado de relámpagos esporádicos. En algún lugar a su espalda, el Pole Star los perseguía, pero Nailer no podía verlo y no tenía ni idea de cuál era su paradero. Por tentador que fuese fingir que su esbelto perfil no estaba allí atrás, dándoles caza, no dejaba de ser una mera fantasía.
Comenzaron a virar hacia la costa a una orden del capitán Candless, aproximándose al punto en el que intentarían poner a prueba su argucia. Aun ciego en la oscuridad, el Pole Star los seguiría, con sus sistemas de radar volcados sobre su pista. Y en efecto, cuando Nailer por fin dio la espalda a los elementos para tomar una taza de café caliente, el radar principal del Dauntless mostró la condenada señal intermitente de la nave rival que todavía acortaba distancias.
Nailer contuvo el aliento.
—Están cerca.
El capitán asintió con expresión adusta.
—Demasiado cerca para mi gusto. Ve a popa y echa un vistazo.
El muchacho corrió hasta una escalerilla y salió a la superficie por la escotilla de popa del barco. La lluvia cayó sobre él como un mazazo. La espuma salobre se arremolinó en torno a sus tobillos cuando el Dauntless atravesó otra ola y se elevó de forma vertiginosa.
Nailer fijó la mirada en el implacable velo de agua.
Un relámpago hendió la negrura, seguido de un trueno ensordecedor. El Pole Star apareció, más cerca de lo que Nailer hubiera creído posible, elevándose sobre una cresta de agua y cayendo violentamente de nuevo. Volvió a perderse de vista en la oscuridad. "



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