La edad peligrosa (fragmento)Karin Michaëlis
La edad peligrosa (fragmento)

"Aparentemente, yo no estaba preparada para la vida de casada. De otro modo, habría vivido felizmente para siempre a tu lado -y tú sabes perfectamente que ése no fue el caso. Pero la culpa no es tuya. Desearía de corazón tener algo que reprocharte -pero no tengo nada en contra de ti.
Fue un gran error -una cobardía por mi parte- prometerte ayer que regresaría si llegaba a lamentarme de mi decisión. Sé que nunca me arrepentiré de ello. Pero al haberte hecho una promesa, te estorbo... Perdóname, querido amigo... pero no es del todo imposible que un día puedas conocer otra mujer que llegue a significar algo para ti. ¿Me permitirás desdecirme de mi promesa? Te estaré realmente agradecida. Sólo entonces podré sentirme realmente libre.
Cuando regreses al hogar, mantente firme si tus amigos te abruman con sus preguntas y su simpatía. Yo debería sentirme profundamente humillada si alguien -no importa quién- se inmiscuyera en relación a los buenos y malos momentos que hemos compartido. Lo pasado, pasado está y nadie puede darse cuenta de lo que realmente sucede entre dos seres humanos, incluso a pesar de haber sido espectadores.
Piensa en mí cuando te dispongas a cenar. De ahora en adelante las ocho en punto será la hora en que disponga a acostarme. Me despertaré al alba, o quizás más temprano. Piensa en mí, pero no me escribas demasiado a menudo. Primero debo acostumbrarme a mi nueva vida. Más tarde te daré cuenta de todas las locuras que una mujer que de repente se convierte en una señorita de edad madura puede llegar a cometer.
Sigue mi consejo, ofrecido por vigésima vez: ve a ver a tus amigos; tú no puedes estar sin ellos. Realmente no hay necesidad alguna de que estés llorando durante un año alrededor de mi retrato.
Has sido un amigo amable, fiel y delicado para mí y yo no estoy tan falta de delicadeza que no aprecie esto en mi fueron interno. Pero no puedo aceptar tu generosa oferta de darme dinero. Te lo diré ahora por vez primera, porque no quise decírtelo antes para que no trataras de persuadirme. Mis pequeños ingresos son y serán suficientes para cubrir mis necesidades.
El tren parte en una hora, Richard. Tú tienes tu negocio y tus amigos -más amigos que cualquiera que yo conozca. Si realmente me quieres, desea que nunca lamente el paso que he dado. Miro las manos que tú amaste. Desearía poder estrecharte con ellas...
Me heriría pensar que la gente te compadece. No lo permitas. Eres demasiado bueno para ser compadecido. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com