Contra Celso (fragmento) "Dice también Celso que los que profesan el cristianismo "se dejan llevar de vanas esperanzas", recriminando así nuestra doctrina acerca de la vida bienaventurada y de la comunión con Dios. A lo cual le diremos: En tu opinión, amigo, se dejan también llevar de vanas esperanzas los que aceptan la doctrina de Pitágoras y Platón, sobre que el alma, por su naturaleza, es capaz de remontarse a la bóveda del cielo y, en un lugar por encima del cielo, contemplar lo que ven los espectadores bienaventurados (PLAT., Phaidr. 247.250). Y según tú, ¡ oh Celso!, de vanas esperanzas se dejan también llevar los que creen en la permanencia del alma y viven de manera que puedan llegar a ser héroes y convivir con los dioses (cf. III 37). Y acaso también los que están convencidos de que sólo el espíritu que viene de fuera es inmortal y sólo él escapará a la muerte, dirá Celso que se dejan llevar de vanas esperanzas. En ese caso, no disimule ya su propia escuela filosófica, confiese ser epicúreo y combata lo que griegos y bárbaros han dicho con no despreciables razones acerca de la inmortalidad o permanencia del alma y sobre la inmortalidad de la mente; y demuestre que estas doctrinas engañan con vanas esperanzas a los que las aceptan y que las de su propia filosofía están limpias de tales vanas esperanzas. Su filosofía atraerá a los hombres con sólidas esperanzas o, lo que es más consecuente con su doctrina, no infundirá esperanza alguna por razón de que el alma perece enteramente apenas llega la muerte. " epdlp.com |