Tres ataúdes blancos (fragmento)Antonio Ungar
Tres ataúdes blancos (fragmento)

"Bonn, 11 de mayo de 2019.
Un avión blanco y gordo me lleva a Frankfurt. Un tren rojo y flaco me lleva a Bonn. Marta Akira en la estación no hace más real este cuento para niños en el que yo lloro sin parar y me acaricio una barriga redonda cubierta por un vestido con flores.
El apartamento de Marta Akira es limpio y espacioso, como todas las mujeres que perdieron a sus hombres: asustada y triste, sin creer en los milagros pero tejiendo sin parar. Como Penélope, esperando tu pronto regreso desde el más allá.
Bonn, 17 de mayo de 2019.
Marta consigue a veces contagiarme de sus ganas de vivir. El marido de Marta es bueno y silencioso, sus dos hijas me tratan como a una tía.
Siempre imagino a las niñas en la noche del incendio: como en un cuento: trenzas rubias iluminadas por las llamas: bracitos abrazando el cuello de Marta: niñas que lloran con letras de molde saliendo de sus bocas.
Mi barriga sigue creciendo. En el pasillo del edificio están sentados siempre dos policías alemanes, para que no se repita la noche del incendio.
Ayer nevó otra vez. Marta dice que será la última este año.
Bonn, 1 de junio de 2019.
Hace ocho días apareció en medio de este cuento infantil una caja azul, cubierta de sellos y estampillas. Tan irreal como todo lo demás, tan parecida a una ilustración.
Contiene la caja todos tus papeles y eso debería emocionarme, hacerme saltar el corazón, pero no sucede. Son todos los papeles que dejaste allá, guardados en un apartado aéreo.
Dice Marta que María Block recibió un pequeño sobre en su oficina hace un mes, que el sobre contenía el número de un apartado aéreo y la indicación de hacerle llegar a Ada Neira todos los papeles allí contenidos.
Tal vez debería sacar conclusiones de la caja azul. Asumir por ejemplo que estás vivo. Pero yo solamente sueño con tus huesos, barridos ya por mil aguaceros tropicales, con tus huesos limpios y brillantes.
Mirando los papeles que me envías me entero de tus intenciones: quieres que nuestras desgracias y alegrías en el país tropical se conviertan en algo parecido a un libro de aventuras.
El manuscrito tiene más de doscientas páginas, un comienzo y un final. Aunque existe, el manuscrito, en mi cuarto, en la caja, yo no puedo leerlo, yo estoy demasiado cansada.
Sólo puedo mirar a través de la ventana y saber que el cuento infantil sigue avanzando y que yo sigo atrapada en él, haga lo que haga, con todos mis miedos y con esta barriga a punto de estallar. "



El Poder de la Palabra
epdlp.com