Historia de la Edad Media (fragmento)Fernando de Castro y Pajares
Historia de la Edad Media (fragmento)

"El origen de las instituciones feudales es puramente bárbaro; el feudalismo nació a fines del siglo V con el establecimiento de las naciones del Norte en la Europa a la caída de Roma.
El sistema feudal en los tiempos de las invasiones, nació como una cosa propia, fue como la primera y más sencilla organización de un país a cuya conquista han concurrido varios; pero con cierta subordinación y dependencia unos respecto de otros. Sucedió del modo siguiente: -Un jefe bárbaro se establece por conquista en un país ayudado de sus guerreros: por gratitud, por justicia y hasta para interesarlos en la conquista y asegurarse su adhesión, les cede parte del territorio conquistado, imponiéndoles al menos la subordinación militar. Estos primeros reparten con los del grado inferior parte de su beneficio o feudo con otras o iguales condiciones, y así sucesivamente hasta constituir una cadena desde el soberano hasta el último vasallo. Así tuvo origen el feudalismo, cuando los pueblos bárbaros se establecieron en las naciones de Occidente a la caída del imperio romano.
En este segundo período que se fija en el siglo X con la elevación de la dinastía de los Capetos en Francia, se desarrolla el feudalismo de un nuevo modo, a saber: con la disminución de los hombres libres, de aquéllos de propiedad alodial en la que está la garantía de la independencia de las personas. En una sociedad como la de entonces en que el poder soberano era poco fuerte para hacer respetar los derechos de los particulares, cada uno se veía obligado a procurar su seguridad acudiendo al amparo de un protector pudiente; pues la independencia era muy peligrosa para los débiles; por cuanto los dejaba aislados y sin valimiento contra los atentados de los más fuertes.
Por tanto, el propietario de un reducido alodio, hacía renuncia de una propiedad peligrosa y hasta estéril en su mano, y cedía sus tierras a un señor; para recibirlas después de él a título de beneficio: juraba serle fiel, acompañarle en la guerra, exponer su hacienda y su vida en servicio suyo, y pagarle un censo más o menos crecido. El señor en cambio se obligaba a franquearle asilo, y a empuñar las armas para defenderle de todo desafuero. Tales eran las relaciones que el homenaje feudal establecía entre señores y vasallos.
El régimen feudal recibió su complemento e invadió todas las clases de la sociedad, cuando no sólo las tierras sino las dignidades mismas se convirtieron en hereditarias: cuando los reyes a más no poder cedieron a título de feudo todos los empleos civiles y militares. No de otro modo los duques puestos para gobernar las provincias, los marqueses para guardar las fronteras, los condes encargados de la administración de justicia, antes oficiales del rey, llegaron a hacer hereditarios en su familia estos destinos. A su ejemplo los obispos y los abades se hicieron dueños también de los territorios donde ellos eran los más fuertes. "



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