AdormecidaAntonio Castro Alves
Adormecida

"Una noche, recuerdo... Ella dormía
Recostada en la hamaca, blandamente...
Casi abierta la bata... Suelto el pelo.
Desnudo el pie sobre la estera ardiente.

Absorta la ventana. Un vaho agreste
Exhalaba el zarzal de la campiña...
Y venía en un trazo de horizonte
La noche, lejos, plácida y divina.

Los ramajes doblados, indiscretos
De un jazminero, entraban por la sala
Y al vaivén de las brisas oscilando
Trémulos como labios la besaban.

¡Era un cuadro celeste!... Como ensueño
Cada roce a la moza estremecía...
Cuando ella se calmaba... La besaban
Flores que si ella iba a besar, huían...

Era como si en ese dulce instante
Jugaran a sonar dos inocencias...
Mecía el aire los ramajes verdes
¡Haciendo ondear las renegridas trenzas!

Ora el jazmín se iba… Ora llegaba…
Mas si enfados urdía su despecho
Sólo por sosegarla… lloviznaba
Sobre su seno un perfumar de pétalos.

Yo, enmudecido, viéndola decía
Entre la noche de albas encendida:
“!Tú eres la Virgen —flor— de las campiñas!”
“!Tú eres la flor —Oh Virgen— de mi vida! "



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