Canaima (fragmento)Rómulo Gallegos
Canaima (fragmento)

"Allí permaneció durante una breve temporada y luego abandonó el país, con destino a Europa; pero de allá volvió una y otra vez, a intervalos de años cada vez más cortos y para internarse, además, en las selvas del Cuyuni, de donde pronto se originaron complicaciones misteriosas de la leyenda que ya lo rodeaba, aunque desechada ya la primitiva versión y generalmente aceptado que fuese y se llamase como decía.
Poseedor de una vasta experiencia de hombres y cosas de todas las latitudes, adquirida según propia confesión en varias vueltas ya dadas al globo, esto podía acreditar la versión de que fuese uno de estos caballeros de Naipes que pasean la martingala genial por todos los mares, pues no había juego de cartas que no conociese, ni mayor elegancia que la suya al manejarlas, ni serenidad que se le comparase en los envites, ni manera de ganarle a la larga. De modo cierto y por demostraciones que no se desdeñara de hacer –único velo de misterio de su intimidad que había sido descorrido en parte–, apenas sabíase que era un gran tirador de toda clase de armas y no había por qué dudar que fuera, como afirmaba, presidente de un club internacional de duelistas, con sede en Budapest, para ser miembro del cual se requerían cien lances ganados.
En cuanto a sus periódicas incursiones a la selva, unos suponían que no tuviesen por objeto sino el de ganarles a los purgüeros y mineros, aficionados a jugarse el sol antes de salir, cuanto allí hubiesen adquirido; pero como esto podía lograrlo y, en efecto, ya lo lograba en Ciudad Bolívar y Tumeremo, otros eran de la opinión de que tales incursiones debían tener fines misteriosos, más de acuerdo con el aura de enigma que rodeaba al taciturno personaje. Y así a pocos guayaneses les extrañó que de uno de aquellos viajes a la selva no regresara el conde Giaffaro. "



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