El burlado (fragmento)Jack London
El burlado (fragmento)

"Era el final, Subienkov había recorrido un largo camino de horror y amargura, como una paloma que volvía a casa, hacia las capitales de Europa y aquí, mas lejos que nunca, en la América rusa, acababa el sendero. Estaba sentado en la nieve, con los brazos atados a la espalda, esperando la tortura. Miró con curiosidad a un enorme cosaco, tumbado en la nieve, gimiendo de dolor, que tenia ante él. Los hombres habían acabado con el gigante y se lo entregaron a las mujeres. Los gritos del hombre atestiguaban que las excedían en crueldad a los hombres. Subienkov miró y se estremeció. No tenía miedo a morir. Había arriesgado demasiado su vida, en el duro camino que iba desde Varsovia a Nulato, para estremecerse ante el simple hecho de morir. Pero se oponía a la tortura. Ofendía su espíritu. Y esa ofensa, a su vez, no se debía al dolor que tenia que soportar, sino al triste espectáculo que el dolor haría de él.
(...)
Sin duda, en los comienzos del mundo estaba escrito este final, para él, tan fino y sensible, con los nervios a flor de piel, que era un soñador, un poeta, un artista. Antes de que nadie imaginara su existencia, se sentenció que el palpitante manojo de sensibilidad que lo constituía sería condenado a vivir en una brutalidad cruda y aullante, y a morir en esta lejana tierra de la noche, en este oscuro lugar, mas allá de los últimos confines del mundo."



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