El propósito inútil "Ardí de amor por la voluble Elfrida, y ella en mi incendio se sintió abrasar; burló mi fe pero sanó mi herida. Amor, Amor, no quiero más amar. Amar al uso es conservar su calma y en falso labio la pasión mostrar, y pues amar y abandonar el alma no se usa ya, no quiero más amar. Díceme Amor: «¿qué miedo te importuna? tus dichas yo me ocuparé en colmar, pues las tres Gracias voy a unirte en una», No importa Amor no quiero más amar. Luego a mis ojos se ofreció Delina cual sólo Amor se la acertó a idear; yo digo al verla: «es en verdad divina»; pero yo en fin no quiero más amar. Es a su lado pálida la rosa, triste el lucero que preside al mar; de incautas almas perdición forzosa; mas yo ¡ay Amor! no quiero más amar. Se ven las flores por besar su planta, cuando ella baila, la cabeza alzar; se escucha a Erato si mis versos canta; mas yo ¡ay de mí! no quiero más amar. De mil amantes la veré seguida; que ni aun sus dichas me darán pesar; y en celebrarla he de pasar mi vida; mas basta así no quiero más amar. «Síguela pues» —me dice el niño ciego— «sin riesgo puedes de su luz gozar; que si te acercas, por descuido, al fuego, yo gritaré: «no quiero más amar». Necio de mí, que con acción sumisa a los pies de ella me dejé arrastrar, sin ver de Amor la maliciosa risa al yo decir: «no quiero más amar». Ya por instantes en mi incauto pecho la llama antigua crece sin cesar; mas ¡ay Delina! el mal era ya hecho; que haberte visto es empezarte a amar. " epdlp.com |