Pequeñas infamias (fragmento)Carmen Posadas
Pequeñas infamias (fragmento)

"La rotonda del hotel Palace ha sido fotografiada infinidad de veces como fondo sereno y respetuoso en reportajes periodísticos con personajes de lo más diversos. Sus alfombras de la Real Fábrica de Tapices han amortiguado los pasos gatunos de Julián Barnes camino de la butaca adecuada donde posar enseñando unos caros mocasines franceses. Las kentias del vestíbulo han servido para que Latoya Jackson ensayara posturas tan originales como asomar solamente el óvalo de su blanquísima cara entre las ramas, apareciendo así como una medusa de Versace. Y deportistas famosos, y actores que han hecho leyenda. También intelectuales de izquierdas y políticos de derechas (siempre moderados): todos han elegido en alguna ocasión ese acogedor vientre luminoso y único entre los hoteles madrileños, no sólo para salir más favorecidos en la foto, sino también porque los ambientes hablan por sí solos, y esta famosa rotonda añade a la personalidad de los fotografiados el siguiente mensaje mudo: tomen nota, señores, de que soy una persona a la que le gusta el lujo pero no la ostentación; el confort, pero siempre que incluya un toque de bien imitada decadencia. Venero la vertiente intelectual de la vida, es cierto, pero ah, la sensibilidad artística debe tener, necesariamente, una imperceptible pincelada de sofisticación, la justa, la equilibrada, la perfecta.
El ambiente único de la rotonda del Palace se expresa así, o al menos eso opina Ernesto Teldi, y he aquí la razón por la que ha citado en ella al fotógrafo y a la corresponsal de Mecenas de las Artes, una revista especializada que reciben cerca de 350 000 suscriptores o entidades muy escogidos en toda Europa; una publicación prestigiosa que hace meses que le solicita una entrevista «de tono profesional, pero con un toque humano, el lado tierno de los triunfadores, algo de mucha altura, en la línea de la revista Fortune, usted ya me entiende».
Hace rato que Teldi espera a la señorita Ramos y a su fotógrafo; y como en un escenario preparado al efecto, sobre la mesita que hay frente a él pueden verse los restos de un desayuno frugal: zumo de pomelo, una taza de té y algunas migas presumiblemente de tostada, mientras su dueño hojea el Financial Times; sólo las páginas de arte, naturalmente.
—Buenos días, señorita Ramos, Agustina Ramos, ¿verdad? —beso para ella, apretón de mano con palmadita en la espalda para el fotógrafo—. Permítame que me presente, soy Ernesto Teldi —añade con ese aire entre la camaradería y la distancia, que sabe es tan apreciado por los periodistas de élite, en especial por las señoritas Ramos de este mundo, que son, por lo general, muy cultas, en ocasiones zurdas, a veces bizcas, lo que les confiere una leve originalidad que el resto de su aspecto les niega. Suelen ser además, con asombrosa frecuencia, hijas, sobrinas o parientes muy cercanas de algún pintor ignoto o injustamente olvidado, pero de enorme talento (cuánta incultura hay en este mundo), razones todas éstas por las que las señoritas Ramos se consideran mujeres poco afortunadas, conscientes de que su inteligencia está siendo miserablemente malgastada en una revista carísima pero pseudointelectual, como Mecenas de las Artes, y, sobre todo, muy pero que muy molestas por tener que ir a todas partes con Chema.
Chema suele ser el fotógrafo. Mucho más joven que la señorita Ramos y con la imperdonable costumbre de mascar chicle y vestir de una manera muy poco artística: una funesta combinación de nikis a rayas con pantalones a cuadros que, a pesar de demostrar su mal gusto, no le impide sacar fotos espléndidas, tanto, que suelen eclipsar los siempre brillantes textos de la señorita Ramos, que en esta ocasión no piensa dejarse eclipsar de ninguna manera, por lo que ha preparado para Teldi una batería de preguntas incisivas (a veces acidas, incluso impertinentes) pero siempre sólidamente documentadas: intelecto y pimienta a partes iguales, he ahí la receta infalible, piensa Ramos, ya verán sus imbéciles jefes en la revista Mecenas... lo que es una entrevista de primera. "



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