Comiendo en Hungría (fragmento)Miguel Angel Asturias
Comiendo en Hungría (fragmento)

"La vida está situada en su castillo de frutas, de viandas, de pescados, de carnes, de todo lo que constituye el contenido de una buena mesa. El asalto final lo preparan científicamente los dietistas, estéticamente los modistos, religiosamente los ascetas y creyentes practicantes, económicamente los mercaderes, cronométricamente itinerario y relojes.
De las cocinas huyeron las horas amorosas de la preparación de platos y pasteles, y la tristeza disfrazada de preocupación por la gordura, la línea, el pecado, el costo y el tener que estar a horario, acabó con lo que antes era grato y placentero, sentarse a comer.
Ahora no se come. Se toma de los platos con aire de no quiero, determinada cantidad de alimentos que contienen no más calorías de las necesarias. ¡Cuidado con pasarse o propasarse! ¡Cuidado! La balanza ha pesado y repesado, en la cocina, la cantidad precisa, y eso basta. El pan, ni verlo. El agua, menos. Vino, jamás. Un jugo sin azúcar, desabrido, completa el sacrificio.
El que la comida no sepa a nada es la mejor garantía para el dietista o dietólogo, lo mismo da. El desabor es como el desamor. La insipidez se instala en las mesas, donde antes todo fuera contento. "



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