Coronación y exilio "Si alguna vez fui príncipe de la luz fue en tu reino... Me coronaste con tu risa en la tibia arboleda de tus brazos. Hiciste para mí rosa la rosa, pájaro el pájaro y cetro la alegría. Agotaste los ojos mirándome dormir. Por esto acaso fueron tan hermosos mis sueños. A manos llenas me trajiste el mar, ya para siempre compañero mío. Fue mi primer paisaje el color de tu falda y tu voz la primera canción de mi existencia. La huella de mi pie cupo en la tuya. Tú eras la dicha y yo te perseguía con mi pequeño corazón de niño por las orillas de los mares. Durante mi reinado el sol nunca se puso y el mundo estuvo acorde. ... y un día te perdí sin saber cómo, sin saber dónde, sin saber por qué. Luego fui destronado. Me golpeó el dolor con guantelete de acero en pleno rostro. Fui conducido al mundo, encadenado, humillado y cegado, hambriento y mudo, en la anónima noria de la vida. No se me ahorró miseria ni desdicha. Me encontré solo y escribí poemas. Abdiqué de la luz. Ahora soy viejo y estoy perdido entre las sombras, enredado en el tiempo y en la muerte, como tú, madre mía. " epdlp.com |